sábado, febrero 14, 2004

Aula Gestalt

Esta Página no se anda a la zaga con la anterior, tambien posee muchos "árticulillos" y lo de árticulillos no lo digo por la importancia sino por el tamaño, se quedan un tanto en la suuperficie pero pueden ser muy interesante, parece ser un sitio de lo más solicitado ya estan abiertas las convocatorias de formación para el curso 2005-2008!!!! seguramente se podria decir que es el CIPARH de Bárcelona.

www.aulagestalt.com

Y paraque no quede he aqui su presentación:

Empieza un nuevo curso. Como viene siendo habitual, os presentamos el programa de actividades para el año y varios escritos cuya pretensión es darnos a conocer un poco más y en el mejor de los casos inducir a la reflexión.

Un tema de reflexión para el equipo en estos momentos es la repercusión de nuestro trabajo a nivel social. El ámbito de la psicoterapia Gestalt, tanto individual como grupal, se centra en lo que experimenta el individuo, enfocando lo que le sucede en el contacto con su entorno. De lo que se trata, durante el proceso de terapia, es de mirar las cuestiones y conflictos que uno se va encontrando -con los que no sabe cómo manejarse- y que a la postre provocan sufrimiento o insatisfacción. A partir de ahí, el asunto es profundizar en la propia vivencia y responsabilizarse de la misma. Y, aparentemente, la cosa puede tomar una deriva del tipo yo, mí, me, conmigo.

Sin embargo, enfocando y afinando la mirada al asunto, se puede percibir que en los conflictos intrapersonales e interpersonales micros -los propios- existe un parecido, una cierta analogía, con los problemos macros que atañen a la sociedad en su conjunto, a la globalidad. La tensiones internas y relacionales: la represión, las agresiones, las manipulaciones… que ejercemos en nuestro pequeño ecosistema -a nosotros mismos y a los otros- no dejan de ser esbozos, semillas o frutos de lo que sucede a un nivel mucho más amplio. Así pues, se adivina que la frontera entre lo personal y lo social es enteramente permeable. Y es esta permeabilidad la que aporta el resquicio para que el hecho psicoterapéutico pueda observarse desde una óptica social en su perspectiva más íntima. Observado de esta forma, se puede concluir que las guerras y los conflictos no nos son ajenos, existen en mayor o menor grado en nuestro interior. Pensamos que el diálogo -cuando no es de sordos- es un proceso transformador que requiere la aceptación de los límites propios y ajenos, de las diferencias y las similitudes con el otro, con los demás; además del reconocimiento de que el otro, con sus características diferentes, es un ser humano como yo. Subrayamos que este diálogo empieza en y con uno mismo, entre esos aspectos internos que están enfrentados o que parecen irreconciliables. En definitiva, trasladar nuestro pequeño microcosmos al macrocosmos y viceversa es un ejercicio que puede propiciar una redimensión de nuestro lugar en el mundo; un hecho que atañe directamente a una toma de responsabilidad personal y social.

En fin, y con ánimo de sintetizar, creemos que filigrana es una palabra adecuada para hablar de ello. De esa cosa, ese lugar no por pequeño menos importante. Nos referimos a esa actitud y/o forma de estar en el mundo, personal, intransferible y anónima. Es una filigrana porque se compone de muchas pequeñas piezas: decisiones, desencantos, deseos, emociones, olvidos… Todo ello conforma el ser, el estar. Personal y anónimo, pero no por ello inocuo. Es una filigrana que tiene su potencia. Bien está tenerlo en cuenta.


Asi son o asi lo cuentan..

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