martes, febrero 10, 2004

despues de un terremoto

Extraído de una revista en Jalisco, Mexico, simplemente la opinion de una terapeuta gestalt sobre los problemas emocionales después de la vivencia de un terremoto ( Es que nunca se sabe…)

A un año del sismo, una gran parte de la población continúan sin recibir atención en el área emocional, pues las autoridades no le dieron a este aspecto la importancia necesaria, advierte José Carmona Santiago, psicólogo adscrito al Instituto Mexicano del Seguro Social.
"Mucha gente —dice- se quedó aún tocada por los efectos del sismo y después de un año yo podría decir que esas personas van a presentar problemas más severos, porque no lograron resolver esa condición en el tiempo que se puede esperar".
Hace notar que desde que ocurrió el sismo, en Colima da la impresión de que la agresión entre las personas es cada vez más fuerte. "Hasta parece que estamos en la ciudad de México, porque en los semáforos apenas se pone el verde y hay automovilistas que ya están tocando el claxon; los recordatorios familiares están al pie y cuando no se cumplen algunas cosas la gente ya está brincando, ¿qué pasa? Probablemente este ambiente sea parte de las secuelas del temblor".
Carmona, quien tiene estudios de maestría en Psicoterapia Familiar y Psicoterapia Gestalt, comenta en entrevista que hasta diciembre anterior estuvo trabajando con damnificados del municipio de Villa de Álvarez, donde detectó que todavía existe en ellos mucha ansiedad, tristeza, angustia, desesperación y coraje, además de que aparecen problemas físicos como cefalea, colitis, gastritis y tensiones musculares, todo esto como consecuencia de la impresión sufrida a causa del sismo.
"En algunos casos parecía que tenían problemas de articulación, pero lo único que estaba sucediendo es que traían un cúmulo de tensión tan enorme en el cuerpo, que ya estaban con manifestaciones físicas fuertes. Y hasta la fecha siguen llegando personas con problemas de este tipo, como una paciente que desde el terremoto entró en una depresión muy intensa".
El especialista explica: "Todos los que vivimos el sismo tocamos algo muy fuerte que es nuestra propia muerte y la de nuestros seres queridos, aunque sea en la imaginación, porque quién no se imaginó que nos íbamos a morir, o que pudimos haber perdido a nuestros familiares. Afortunadamente para la gran mayoría fue una fantasía, pero lamentablemente para otros fue una realidad, y en muchos de los casos no se trabajó con estas personas".

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