viernes, mayo 04, 2007

Entrevista al Naranjo


entrevista extraída de:
http://www.lanacion.cl/prontus_noticias/site/artic/20070421/pags/20070421193607.html

(Haciendo amigos...)
EL SIQUIATRA-CHAMÁN CLAUDIO NARANJO Y SU PASO POR EL PAÍS

“Somos crucificadores”

Experimentó con LSD junto a Carlos Castaneda y su nombre figura junto a Timothy Leary y Aldous Huxley dentro de los estudios del ácido lisérgico. Maestro de Lola Hoffmann, amigo del Dalai Lama y Francisco Varela, cree que la clave en la educación es cambiar a los profesores papagayos.

Javier García
La Nación

Extraños días éstos. El Vaticano concluyó que el limbo no existe y en Estados Unidos un joven de rasgos orientales asesinó a una treintena de estudiantes de una repasada. En nuestro país, un par de niñas siamesas unidas por el corazón dejaban de existir, evitándose de inmediato la posibilidad de presenciar alguna vez asesinatos múltiples ni menos la cabeza calva del Papa.

Pero éstos no son los temas que pasan habitualmente por la cabeza de Claudio Naranjo. Él parece vivir conectado a un planeta aún no descubierto. “Me interesa la transformación de la persona para que pueda existir un cambio radical en la sociedad. Esto sólo sería posible si los gobiernos decidieran usar la educación de manera diferente a como hoy se está aplicando, o sea, creando clones racionales, programados”, dice a la vez que alisa su extensa barba blanca con su mano derecha.

Claudio Naranjo nació en Valparaíso, en 1932. “A los 6 años tenía clases de piano, y una cultura musical que me entró por osmosis. Pensé en ser director de orquesta, pero luego decidí estudiar medicina, porque me di cuenta de que no tenía un talento muy completo”, relata este siquiatra chileno, considerado uno de los tres discípulos más cercanos de Fritz Perls, creador de la terapia Gestalt, y fundador del Programa de Educación Integral.

Admirado por personajes tan diversos como Patricia Rivadeneira, Cristián Warnken, Julita Astaburuaga, Coca Guazzini o el arquitecto Sebastián Gray, Naranjo se fue de Chile hace más de 40 años. Sólo ha vuelto para recibir elogios y dar charlas como la del pasado martes en Santiago, y donar al Museo de Arte Contemporáneo y a La Moneda un vaciado en bronce de la obra “La Tierra”, creada por el escultor nacional Tótila Albert. Un artista amigo de Neruda y Naranjo que murió en el olvido.


BUSCANDO A DIOS

Además, aterrizó en el país para presentar el libro “Cambiar la educación para cambiar el mundo”, publicado por Editorial Cuarto Propio. “El tema de la educación es mi militancia en los últimos años”, asegura quien cree que el problema parte de los que forman a los alumnos, o sea, de los profesores y sus 500 horas semanales. “Creo que la clave está en la instrucción de formadores, explicarles a los profesores algo que la universidad no les ha dado, porque la universidad sólo les ha enseñado a ser papagayos, simples repetidores”.

Por eso quizá los temas de Naranjo siempre han sido tratados de manera radical, como sus decisiones. En 1962 se fue de Chile. “En Estados Unidos había una gran efervescencia creativa en la sicoterapia. Cuando llegué la primera vez a Berkeley no me había sentido en casa antes, los chilenos me parecen crucificadores y lerdos de la gente que se asoma más alto. Mi amistad con Tótila Albert, mi cercanía con Claudio Arrau, me hizo sentir que Chile no aprecia a sus genios, que hay que reconocerlos en el extranjero para que Chile se fije en ellos. Como le pasó a Gabriela Mistral, y ahora al poeta David Rosenmann-Taub, que es casi como un chamán. Allá me he sentido como en un oasis”.

Fueron tiempos en que Naranjo se codeó con el Dalai Lama, experimentó LSD con Carlos Castaneda, la guapa Lola Hoffmann fue su discípula, y se pegó largas conversas, sobre lo humano y lo divino, con el eximio biólogo Francisco Varela.

De ahí que ha sido denominado vocero de un nuevo chamanismo. Por eso cree que el budismo es la religión de la meditación por excelencia. “Yo soy un buscador desde temprana edad, y el despertar a la pubertad no sólo fue a la pasión, como que me entró también la vaga búsqueda, que yo lo simbolizaba con el sonido Ohm, ni siquiera lo llamaba una búsqueda de Dios”, cuenta mientras camina en la noche del Parque Forestal.

Naranjo lleva un alambre negro colgado a su camisa, que pareciera venir desde el estómago. “Lo que pasa es que una productora española me está haciendo un documental, y me graban donde vaya”, cuenta. Hoy ya está en Argentina. En mayo irá a Brasil, para luego instalarse en su residencia de Berkele

No hay comentarios: